martes, 25 de noviembre de 2014

Diseñamos nuestro propio logo y lo multiplicamos en remeras

Mediante un trabajo en equipo –como todo lo que venimos haciendo-, los chicos y chicas del CAJ Chaquiago compusimos un logo que nos identifica: un árbol fuerte y lleno de frutos. Después lo plasmamos en una bandera y en remeras personalizadas.

Nuestra bandera se lució en el desfile por los 356 años
de la fundación de Andalgalá.
La búsqueda de una imagen que nos representara como grupo se materializó en el logo que compusimos entre todos. Partimos de las palabras que, creemos, hablan del CAJ: libertad, expresión, unión, trabajo colectivo, pintura, voz, arte y felicidad. Esas son, justamente, las cosas que cultivamos sábado a sábado. Son los frutos que cosechamos, los que nos van a quedar de esta experiencia que es compartir.
Para cada palabra- fruto, buscamos después imágenes que las simbolizaran. Y allí nació la idea del árbol. Sí, porque el CAJ es un árbol fuerte, vivo, que se nutre, fundamentalmente, de la participación, y se sostiene con ideas y ganas. Y eso nos permite crear muchas cosas y seguir creciendo.
Y como fondo del logo, elegimos una montaña y un sol que representan nuestro lugar, Andalgalá, y que también forma parte de nuestra identidad.

Una bandera, muchas remeras

Pero el trabajo no terminó ahí. Para que el logo nos identificara era necesario darlo a conocer. Entonces, comenzó la hora de las pinturas y los pinceles.
Una tela blanca se convirtió, así, en una bandera llena de colores, desplegados en figuras y letras, formando el logo del CAJ Chaquiago.
Luego, vino el turno de las remeras. Esta vez, elegimos la técnica del stencil para reproducir el logo tantas veces como chicos y chicas integran este equipo. Todo el proceso fue artesanal: primero hicimos, nosotros mismos, los moldes, y después, cada uno, intervino su remera blanca.
Lo interesante es que se dejó la puerta abierta a la creatividad. ¿El resultado? ¡Cada remera es única! Aunque el logo está presente en todas, varían los colores y la disposición de los frutos, hay mezclas, combinaciones, degrade, agregados y mil elecciones más que hicieron que cada remera fuera original y personal.

Así que por ahí anda nuestro árbol, creciendo en banderas y remeras, fuerte y sano, dando cada vez más frutos. Justamente, estamos gestando uno nuevo y muy jugoso. Pero esa, es otra historia. 
Artesanal, creativo, conjunto y personal: así fue el proceso de impresión de nuestras remeras.